Con unas 800 plazas previstas, este proyecto busca reducir la congestión vehicular en el centro y promover el uso del transporte público y otros medios de movilidad sostenible.

La idea de un aparcamiento disuasorio no es nueva y se ha implementado con éxito en otras ciudades como una estrategia para aliviar los problemas de tráfico y estacionamiento. Este proyecto, específicamente en El Sardinero, busca atender los desafíos de congestión vial, especialmente durante eventos como partidos de fútbol o festivales.

La alcaldesa de Santander, Gema Igual, ha respaldado esta propuesta, destacando la importancia de abordar el problema del estacionamiento de manera integral. Se está considerando si el aparcamiento será gratuito o de pago, con posibles excepciones para eventos especiales y estancias breves.

Además, se están discutiendo incentivos para el uso del transporte público, como descuentos para quienes utilicen dicho medio después de estacionar en El Sardinero. En cuanto a la logística, se están evaluando opciones para regular el flujo de vehículos y se están incorporando infraestructuras para promover la movilidad sostenible, como estaciones de carga para vehículos eléctricos y áreas para bicicletas.

La decisión de cambiar el diseño del aparcamiento de subterráneo a superficie se basó en una evaluación exhaustiva de costos y beneficios. A pesar de algunas preocupaciones sobre el impacto visual y ambiental, el Ayuntamiento asegura que se tomarán precauciones para minimizar cualquier efecto negativo y se están llevando a cabo consultas públicas antes de avanzar con el proyecto.

En resumen, este proyecto representa un esfuerzo importante para mejorar la calidad de vida en Santander, promoviendo la movilidad sostenible y abordando los desafíos de estacionamiento en la ciudad. Su éxito dependerá de la colaboración de todos los actores involucrados y podría servir como modelo para otras ciudades enfrentando desafíos similares en movilidad urbana.